Hay lugares que el tiempo ha sumergido en el olvido, lugares cuya importancia ha quedado diluida sin que nadie recuerde su brillante pasado. Es el caso del monasterio de Nogal de las Huertas, unas ruinas que guardan la esencia de nuestra historia y nuestro románico.

 

Dicho monasterio fue fundado en el año 1063 por la condesa doña Elvira, ¿pero quién era esta mujer?. Algunos investigadores dicen que se trata de la segunda hija del rey Fernando I. En 1899 Simón y Nieto habla de la existencia de Elvira en el testamento de la viuda del rey Sancho Garcés III, doña Mayor. Se la cita como “comitissa domna Geluira de Nogare” (cita enciclopedia). Por su parte, Julio González lanza la teoría de que puede tratarse de una hija del conde Sancho de Castilla. Sea hija de reyes o no, lo que hay que destacar es que se trata de una mujer que se movió en los círculos más poderosos del momento y que fundó un monasterio, primer exponente del románico en nuestra provincia.

 

Y a la muerte de la condesa, ¿Qué paso con el monasterio de Nogal?. Fue patrimonio real y formó parte de las posesiones que atesoraba Constanza de Borgoña, esposa de Alfonso VI. Y tras la muerte de la reina, el monasterio y sus propiedades pasaban al monasterio de San Facundo y San Primitivo en Sahagún. A finales ya del siglo XIII el priorato de San Salvador de Nogal de las Huertas fue empeñado por la cifra de 35.000 maravedís, había que hacer frente a los gastos que habían surgido como consecuencia de las reformas efectuadas en dicho monasterio. En el sigo XV pasó a pertenecer a la Congregación de San Benito el Real en Valladolid, esto supuso el abandono de parte de la comunidad y el monasterio de Nogal quedó custodiado por un solo monje. La vida del monasterio iba languideciendo y la Desamortización de Mendizábal fue el golpe final, el antiguo monasterio fue vendido y se convirtió en un almacén.