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Son jóvenes, inquietos y amantes del arte. Desde el primer momento han puesto su granito de arena en “La Huella Románica”, ahora nos muestran sus caras y lo orgullosos que están del patrimonio, y sobre todo del románico palentino. 

 

Como escenario un lugar incomparable, la iglesia de San Juan Bautista en la Huerta Guadían de Palencia, un remanso de silencio en el bullicio de la ciudad. Elegimos este templo por una serie de razones:

 

- La iglesia de San Juan Bautista es el único resto que queda de lo que fue el pueblo de Villanueva del Río Pisuerga, el cual desapareció bajo las aguas del pantano de Aguilar en 1963.

 

- Este templo es un ejemplo que refleja perfectamente el prototipo de románico rural palentino. 

 

- Se trata de una iglesia muy poco conocida, son pocas las personas que saben que en un parque de Palencia se encuentra un templo románico que llegó piedra a piedra. 

 

- La iglesia de San Juan Bautista se convierte en el "Punto Románico" de la capital palentina, el objetivo que fuera un lugar donde la gente recibiera información sobre el románico de la provincia, pero una cosa es la teoría y otra la práctica. En la actualidad, el llamado "Punto Románico" se encuentra cerrado abriendo únicamente en Semana Santa y Verano. Es vergonzoso que el único referente románico de la capital palentina se encuentre cerrado y que la mayor parte de la gente desconozca la historia de este templo y su por qué. 

 

Con este reportaje queremos reivindicar el papel que esta iglesia tiene como referente románico y como un punto de información, descubriros la cara de nuestros colaboradores más cercanos y mostraros que nosotros vemos pero también sentimos y disfrutamos con el románico palentino. 

Colaboradores de "La Huella Románica"

Hay quien dice que “quien tiene un amigo, tiene un tesoro” y yo debo reconocer que sin mis amigos “La Huella Románica” no sería posible. Es verdad que yo soy la autora de todo esto, pero ellos son los que me guían en mi camino, los que me apoyan, los que me asesoran, los que me escuchan, los que me motivan, los que dan fuerzas cuando ya no me queda nada. Para llevar a cabo este reportaje madrugaron, pasaron frío y me soportaron durante dos horas, siempre acuden a mi llamada, siempre dispuestos a llevar a cabo mis ideas más locas, ellos se han contagiado de mi amor por el románico y han decidido acompañarme en este viaje.

 

Este es mi reconocimiento a su trabajo desinteresado.  Gracias Álvaro, Eztizen, Gonzalo, Mónica, Marcos, Esmeralda, Ángel y Asier (nuestro fotógrafo oficial). 

 

 

                                                                                                                      Cristina Párbole                                                                                            

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